Amor consciente


El amor es la gran verdad del alma, aquello que sabemos sin necesidad de interrogar a la mente, pues cuando el amor se manifiesta somos nosotros mismos los que mostramos nuestra esencia real, aquella espontánea y genuina que nos comprende. Para amar no hay que hacer ningún esfuerzo, es una fuerza que brota del interior, como el aliento cuando exhalamos. El aire nos llega de forma natural, porque la vida es el corazón de nuestros actos y como tal, es el centro y vitalidad de lo que somos. Aquello que somos no puede buscarse fuera, no puede ser algo que hayamos perdido, pues: ¿qué seríamos entonces si la razón del ser no se halla en este momento en nosotros? Cuando aprendemos a ser nada más que lo que somos, la libertad es plena. Sobra todo esfuerzo, todo intento por forjar una identidad superficial y adquirida. Este aprender, por tanto, es -en verdad- un desaprender: ser uno mismo, tal cual, sin artificios.

Siendo solamente, comprendemos en el corazón -sin necesidad de palabras y argumentos- que ahí reside la verdad, que la totalidad ha sido siempre esa verdad presente. El amor es la fuerza inmediata que nos presenta tal verdad. Amando, a uno mismo, a los demás (al ser sin distinciones), recobramos consciencia de nuestra verdadera sustancia integradora, aquella que está unida eternamente a lo que ella Es; la verdad, la luz del corazón: la vida consciente, el amor...
Ver en vídeo, leído y realizado por José Manuel Martínez Sánchez:

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Gracias por existir en el Corazón Universal...
por volvernos a recordad nuestra conexión con los hilos dorados de La Gran Fuente...
y a su vez...
recordarnos la gran conexión con los hilos dorados de nuestros herman@s...
Alusha

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