Amor sin barreras

Cuando la vida se hace una, cuando no necesitamos de la mente para construir al “yo”, aparece la experiencia del “yo real”: aquel que no necesita de nada para existir, sino que es existencia auténtica en todo momento. La más grande sencillez de la experiencia muestra la esencia de lo que somos, pues en ella se realiza, sin medio o apoyo secundario alguno. Llegar ahí, de forma directa, es también el paso más sencillo que podemos dar, y quizá el más valiente (ya que supone abandonar el ego, con todos sus deseos de devenir) teniendo lugar la conciencia de presencia, aquella que se integra con la realidad universal en donde todos los fenómenos están surgiendo al ritmo de la vastedad del misterio interior, el gran descubrimiento silente: la esencia nuestra; el origen que da luz a todo y al que nos unimos como amante y amado fundidos en el Amor mismo.

La vivencia del amor es lo que verdaderamente nos hace plenos, pues consiste en vivir aquello que somos.

Comentarios

FURIA DEL LAGO ha dicho que…
El gran descubrimiento silente, que la vivencia del amor nos hace plenos, porque eso es lo que somos, plenitud. Hermoso texto, José Manuel. Un abrazo.

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