La mente que apunta a la conciencia

En el Atma Puya Upanishad leemos: “La mente constantemente apuntando hacia Eso, es la ofrenda”. Eso señala al Todo, al Absoluto (la mente que apunta a la conciencia) y mire a donde mire, no hay restricción alguna, simplemente libertad, darnos cuenta. Estar ahí, arraigados por entero en lo sin límite permite a la conciencia ser presencia del hecho consciente. La desatención es olvido de la conciencia. En la voluntad hay un sentimiento de que es el “yo” quien hace las cosas, de que en su atención está eligiendo la realidad y creándola (como bien explicó Schopenhauer), pero en el profundo ahora son las cosas mismas las que tienen su voluntad de ser, las que eligen al ser. Una voluntad continua que no se esfuerza por hacer real lo que es, pues siempre ha sido. Una voluntad que acontece, que vive en su realización y que observa a la conciencia como forma misma de su naturaleza, de un modo no selectivo, no condicionado por el acto que busca un resultado. Ocurre perfecto el resultado en la actualización de la realidad, en ese ahora donde todas las cosas están como deben estar.

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